Champagne
Louis Roederer Cristal Rosé
Chardonnay, Pinot Noir
544.50€
En 1974, cien años después de la creación de Cristal, Jean-Claude Rouzaud crea la cuvée Cristal Rosé, seleccionando antiguas vides de Pinot Noir, ubicadas en los mejores terruños del Grand Cru de Aÿ, hoy cultivados en agricultura biodinámica. Tomando una exquisita mineralidad del exclusivo suelo calcáreo de este terruño, estas uvas se distinguen por alcanzar, en los grandes años, una extraordinaria madurez asociada a una acidez cristalina. A pesar de que Louis Roederer Cristal destaca por su escasez, no consigue rivalizar con Cristal Rosé, cuya ínfima producción lo convierte en un champagne de leyenda considerado por la crítica de forma unánime como el mejor Champagne Rosado del mundo. El Cristal Rosé se produce por maceración pelicular, que consiste en dejar macerar uvas de Pinot Noir en la prensa para extraer su afrutado y bello color rosa salmón. Para ello, son necesarias uvas muy concentradas y aromáticas, que provienen de las mejores viñas Grands Crus de Louis Roederer, solamente en añadas excepcionales.
Agotado
Crianza: 8 años en cavas y 8 meses en botella tras el degüelle
Tipo de barrica: Roble francés
Temperatura de servicio: 6-8°C
Potencial de guarda: 40 años
Tipo de cierre: Corcho
Tipo de vino: Champagne rosé
Nota de cata: Color rosa asalmonado con reflejos dorados. Efervescencia regular y ultra fina.Bouquet discreto y de una elegancia poco común. Los aromas sutiles y evanescentes se presentan en forma de perfumes delicados, tan entremezclados y complejos que resulta difícil describirlos. Es una invitación a tomarse el tiempo necesario para dejarse invadir por este vino que se desvela a su ritmo. ¡ Es dueño del tiempo !… Liberando las finas notas aciduladas, frescas y precisas: cáscara de cítricos, yuzu, frutos del bosque, mandarina, frambuesa, fresas silvestres… después, los matices tostados y las almendras… y por último, las notas frescas y vegetales de verbena y bergamota… Boca grácil, animada por una efervescencia de una finura increíble: las burbujas aligeran la estructura y la textura afrutada. La impresión dominante sigue siendo la serenidad, la delicadeza de la fruta fresca y la fuerza de la frescura acidulada de la creta. El final revela una magnífica prolongación evanescente.
